Lee Dorsey facturó soul de alto octanaje
durante los años sesenta y setenta. Sin embargo, no tuvo demasiada visibilidad,
excepto cuando actuó como telonero para James Brown, Jerry Lee Lewis o The
Clash.
Como modelo de carrera, la de Lee Dorsey (1924-1986) solo se puede explicar en
el contexto de su ciudad, Nueva Orleans. Una fabulosa fábrica de ritmos y
éxitos de la que sus creadores se aprovecharon poco, debido a la ausencia de
una industria propia. Vean el caso de Lee Dorsey: la mayor parte de sus pícaras
canciones se han difundido más en versiones ajenas, generalmente a cargo de
artistas blancos.
Tampoco es que Dorsey se preocupara mucho por estas
injusticias. Cuando bajaban las ventas y escaseaban los bolos, volvía a su
negocio particular, su ocupación de toda la vida: un taller de carrocería. Eso sí, estaba dispuesto a grabar cuando su
gran cómplice, el productor-compositor Allen Toussaint, le avisaba que tenía
una discográfica de fuera dispuesta a
invertir en su música.
¿Estaba frustrado en lo íntimo? Igual no: el éxito
le llegó cuando ya era un hombre maduro, libre de ilusiones. O igual sí: hacia
el final de esta selección, escucharan una muestra de un disco de country que
quiso hacer en Nashville. Hubiera sido interesante escucharle trabajando con
The Clash, que le llevaron de gira en 1980. No cayó esa breva.
(Foto destacada: Lee Dorsey)
Gracias por el Me Gusta. Este es el comienzo de una bonita amistad.
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