En 1977 en los pesos pesados reinaba Alí; en los semipesados, el toro Víctor Galíndez; en los medianos primero Monzón y luego Rocky Valdés; en los medianos junior el nica Eddie Gazo; en los welter, el ídolo de Sonora Carlos Palomino; en los welter junior el radar puertorriqueño Wilfredo Benítez; en los ligero casi nadie, Roberto Mano de Piedra Duran de Panamá; en los ligero junior el tremendo Wilfredo Gómez de Puerto Rico; el flaco Alexis Arguello; en los gallo el rey era el dado Alfonso Zamora; y en los mosca estaba el pequeñín yucateco Miguel Canto. ¿Porqué les cuento todo esto? Porque muchos de ellos pasaron por un gimnasio de Manhattan, el Bobby Gleason Gym, que es protagonista de esta historia que vamos a contar en La Hora Faniática, la del disco Metiendo Mano de Willie Colón y Rubén Blades.
Gracias por el Me Gusta. Este es el comienzo de una bonita amistad.
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